14 Apr

ETNOGRAFIA, EXPERIMENTACIÓN, DISPOSITIVOS DE CAMPO Y COLABORACIONES: UNA ENTREVISTA CON ADOLFO ESTALELLA Y TOMÁS SÁNCHEZ CRIADO

El equipo editorial de la revista (con)textos: revista d’antropologia i investigació social de l’Associació Antropologies y, en particular, Violeta Agudo-Portal han tenido la amabilidad de entrevistarnos inaugurando su sección de entrevistas.

En la entrevista reflexionamos sobre el libro que co-editamos Experimental Collaborations: Ethnography through Fieldwork Devices y, más específicamente, los proyectos en torno a la invención antropológica que la plataforma #xcol – Experimental collaborations ha venido abriendo desde sus inicios.

Esta entrevista surge como un espacio para charlar sabre la etnografía, las colaboraciones y la experimentación. El libro que editan recoge y extiende las reflexiones surgidas en las años ochenta en el marco de la publicación de Writing Culture (1986). El volumen no pretende formular nuevas metodologías, sino que aporta una recopilación que George E. Marcus denomina “minimalista” en este sentido. En esta ocasión, la etnografía y el “campo” (the field) se piensan con y a través de la conceptualización y práctica de la colaboración. Se distinguen tres tipos de colaboraciones: El Modo 1, apunta a la prexistente colaboración en el campo, con practicas de origen extractivista asentadas en la jerarquización de las posiciones y relaciones. El Modo 2, aborda la antropología publica y sus alianzas con el activismo, enmarcadas en un trabajo de campo que tiende a estar prediseñado y donde la colaboración esta a su servicio en gran medida. El Modo 3, al que las editores dedican el título del volumen, concibe la colaboración conceptualmente y en la practica coma innovación. Para ello elaboran este modo con términos coma experimento o dispositivo. “Colaboraciones experimentales,” una experimentación que Estalella y Sánchez Criado puntualizan no es novedosa en el trabajo de campo, pero que, sin embargo, no ha encontrado lugar en la mayoría de las textos o monografías, y par lo tanto cuenta con un vocabulario reducido.

Publicada en (con)textos: revista d’antropologia i investigació social, 8

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ENTREVISTA REALIZADA POR: VIOLETA ARGUDO-PORTAL

EQUIPO EDITORIAL REVISTA (CON)TEXTOS ASSOCIACIÓ ANTROPOLOGIES

VIDEOCONFERENCIA, 2 DE MAYO DE 2019

[Durante la videoconferencia Adolfo Estalella tuvo problemas de conexión y, por lo tanto, Tomás Sánchez Criado retomó parte de la conversación cuando esto ocurría]

V.A-P: Nos gustaría que nos explicarais, sobretodo para quienes no han tenido oportunidad de leer el volumen o no conocen vuestro trabajo, cómo surge esta reflexión en torno a las colaboraciones experimentales y la etnografía.

A.E: Pues cómo surge… yo diría que surge de un encuentro personal entre nosotros dos cuando estábamos haciendo trabajo de campo tanto en Madrid coma en Barcelona. Así lo contamos en un artículo en espera de ser publicado, en el que detallamos cómo llegamos algunas de estas reflexiones. Creo que el título del artículo es lo suficientemente iluminador de la propuesta que hacemos: “Do it Yourself Anthropology”. Uno de los dos elementos fundamentales del contexto en el que nos encontramos es el 15M, una época de intensa efervescencia urbana, cuando la ciudad esta poblada de todo tipo de colectivos tratando de habilitar nuevas formas de vida en común, en ese marasmo estamos nosotros investigando y aprendiendo de gentes distintas: activistas, diseñadoras, arquitectos….

Estamos en una ciudad que, coma decimos en el artículo, se ha poblado de vacíos urbanos, vacíos que invitan a repensar y a reinventar la ciudad. Y nosotros paradójicamente nos movemos, en torno a esos vacíos, pensando con otra gente, y al mismo tiempo nos encontramos con un vacío disciplinar, pues no tenemos ningún tipo de enraizamiento dentro de la tradición antropológica española, y no lo tenemos no par desapego sino par las vicisitudes de nuestra trayectoria profesional.

Entonces, tenemos par un lado la falta de interlocutores dentro la academia y, por otro lado, la experiencia de que el tipo de investigación que hacemos ha cambiado con respecto a proyectos previos, nuestros modos de indagar con la gente que nos encontramos son otros… y creemos que merecen ser narrados. Así surge el volumen de Experimental Collaborations, que no es otra cosa que un intento por narrar modos de indagación etnográfica que no se ajustan a los tradicionales ‘tales of the field’…

Sin pretender expresar ningún tipo de novismo o de novedad en la disciplina, no hacemos un argumento sobre la novedad de estas formas de indagaci6n experimental, al contrario, pues pensamos que siempre han formado parte de los modos de indagar antropológicos. Nuestro argumento va en otro sentido y señala la necesidad de describir empíricamente y conceptualizar de manera precisa esos modos experimentales que han sido ignorados, pero que son muy relevantes al abrir la posibilidad de modos de indagación antropológica.

T.S.C: Creo que hay un espacio que nos conecta más personalmente a Adolfo y a mí, y que conecta mucho con estas maneras de pensar y de indagar en relación con una crisis de los saberes expertos que ocurre más genéricamente con el 15M, que es el ámbito de las estudios sociales de la ciencia y la tecnología, en cuyo intento de institucionalización ambos hemos estado también muy implicados.

Por un lado, hemos estado haciendo trabajo de campo con profesionales técnicos y científicos: en el caso de Adolfo ha estado trabajando con arquitectos, colectivos de arquitectura. En mi caso, con diseñadores amateurs y profesionales implicados en el ámbito del cuidado y la vida independiente. Pero, por otro lado, la Red de estudios sociales de la ciencia y la tecnología (RedesCTS) fue un espacio en el que nos encontramos muy cómodos, porque se trataba casi de una extitución antes que una institución. Allí nos encontramos con mucha otra gente que venía de campos coma la sociología, la psicología social y cultural o la historia de la ciencia. Hablo de extitución porque aparecimos coma una especie de prototipo de una nueva forma de asociación científica: explícitamente híbridos y mixtos, con la voluntad de juntarnos con la propia gente con la que estábamos colaborando en nuestros trabajos de campo, pensar junto con ellas, generar contextos de interlocución, modos de indagación común, más o menos complicados. A veces ha salido, otras no.

Ese espacio extitucional que son los estudios de la ciencia y la tecnología digamos que nos abrió a un montón de reflexiones muy poderosas. Nuestra relación con ese espacio de alguna manera se refleja en el vocabulario que también empleamos a la hora de plantear esta exploración sobre las maneras en que hemos estado haciendo trabajo de campo. Ahí encontramos por qué utilizamos un vocabulario relacionado con la experimentación y no sólo la colaboración, que es lo mas común quizás en la literatura etnográfica que reflexiona sobre las nuevas condiciones del trabajo de campo en la contemporaneidad y demás. Pero bueno, curiosamente, muchas de las reflexiones que en el ámbito de la antropología en lengua inglesa sobre cómo repensar, modificar y reapropiarse los modos de hacer trabajo de campo, se hacen también en esa encrucijada.

La encrucijada entre una antropología de la contemporaneidad que se piensa muy vinculada a la transformación de los saberes, que piensa la crisis de la modernidad, que piensa la crisis del saber experto, que piensa la pluralidad de saberes que tienen que ser convocados en la propia antropología o que abre la antropología a otras para que la ocupen. Estoy pensando par ejemplo en el caso de Estados Unidos donde gente como Kim Fortun, o claro, anteriormente George E. Marcus, Michael Fischer o Paul Rabinow abrieron toda una conversaci6n en esta dirección. Par situar un poco dónde surge lo que comentamos.

Adolfo y yo nos conocemos, antes que como antropó1ogos a secas, como antropó1ogos interesados en pensar una antropología de la ciencia y la tecnología: en ese espacio extitucional, en el momento de cierre de nuestras tesis y en momento de apertura de otros trabajos de campo. Es ahí donde surgió la conversaci6n en torno a una pregunta muy sencilla: ¿Qué narices nos está pasando? A él le pasa trabajando con colectivos de arquitectura en Madrid, que se ponen a pensar infraestructuras abiertas para rehacer la ciudad. Y a mí me pasa en Barcelona, muy vinculado a la gente del foro de vida independiente y al activismo de la diversidad funcional, que de repente entran en una especie de delirio que quieren rediseñar sus espacios de encuentro, sus sillas de ruedas, quieren rediseñar la manera en que de relacionan con lo que se suelen denominar ‘ayudas técnicas’. Ambos grupos ponen patas arriba el orden instituido y las jerarquías del diseño de la ciudad y de las tecnologías.

Como veis esto tiene que ver con una cosa más complicada que un mero contexto. Más bien se trató de una transformación del papel que tenía el saber y, por lo tanto, que impactó directamente en nuestra propia manera de producir conocimiento a través de la etnografía. Vivir esa situación transforma la manera en que la etnografía ocurre porque no puedes estar en el campo única y exclusivamente con un cuaderno de notas, a tu bola. Tienes que generar unos contextos para compartir lo que allí está ocurriendo. Todo esto alteró profundamente para nosotros las maneras en que solemos pensar cómo debe ser la etnografía canónicamente, o al menos sobre cómo nos la explican las manuales.

V.A-P: La verdad es que habéis ido respondiendo muchas de las preguntas que tenía, pero voy a compilar varias cuestiones. Por un lado, en relación con una curiosidad sobre un dato que acabáis de comentar sobre la próxima publicación de un artículo que se titula “Do it Yourself Anthropology”. En este caso elegís hablar de antropología y no de etnografía. Sin necesidad de meternos a fondo en el campo de las distinciones entre ambas, pero nos gustaría saber que hay detrás de este traspaso terminológico de la etnografía a la antropología. Pero antes de ir a esa cuestión también quería retomar lo que comentaba Tomás, que ya se ha hablado en numerosas ocasiones sobre la colaboración en la antropología de la contemporaneidad, etc. Es interesante cómo en el volumen no sólo se aborda la acepción más romántica de colaboración, sino que también se reconocen otros aspectos menos idealizados. En este marco, ¿qué entendemos par “colaboraciones experimentales” en el trabajo de campo? ¿Y cómo se relaciona el volumen y esta propuesta con las diferentes crisis de reflexividad en torno a la etnografía, especialmente a partir de las arias ochenta?

T.S.C: Todo esto se inicia en 2014 con un panel en la EASA (Ethnography as collaboration/experiment) con un intento de pensar, después de varios años con Adolfo debatiendo sobre las vicisitudes de nuestro trabajo de campo. Empezamos a leer mucho sobre el giro colaborativo en la antropología: una crítica bastante temprana sobre el modo extractivista de pensar las relaciones de campo, que suele distinguir entre el informante y el informado, entre quien tiene preguntas y quien da respuestas, un modo de indagación criticado por su carácter individualista o colonial donde la estancia en el campo se transmuta en una autoridad como autor que da fe de aquello que ha visto.

Es un pacto o de cláusula de objetividad basada en la indexicalidad, similar a la que tienen las periodistas. Esta manera de narrar el encuentro etnográfico entra en crisis en los años 80, pero tambien los modos y maneras de hacer trabajo de campo. En nuestra revisión, sin embargo, también nos distanciamos de ciertas maneras que han sido reivindicadas como la solución a esto, en la forma de programas implicados o comprometidos.

De forma heurística en nuestra revisión, par tanto, hablamos de tres modos de colaboración. Hablamos de un modo 1, una forma extractivista de entender la circulación de información, donde se distingue quien informa y es informado. A continuación, repasamos lo que llamamos el modo 2, que sería el modo de la antropología implicada o comprometida, que genera espacios de co-escritura y co-análisis. Muchos de estos trabajos han sido una gran inspiración al estar trabajando ambos en espacios activistas. Sin embargo, nos parece que este modo suele tener demasiado claros los objetivos políticos de la intervencion, y se suele seguir haciendo una distinción muy fuerte entre quien es antropóloga y quien no. Es por ello que distinguimos un modo 3, o experimental, donde la colaboración requiere un enorme trabajo de diseño para generar espacios abiertos de problematización conjunta, de co-investigación y donde los otros devienen pares epistémicos.

Este modo 3 remite mucho al momento en que estábamos haciendo nuestro trabajo de campo. En el momento posterior al 15M, con todas sus ramificaciones enormes, es un momento de gran incertidumbre. La crisis, que es también una crisis de los saberes expertos, no sólo una crisis económica como se suele narrar, también va vinculada a una fortísima apropiación activista crítica de la manera en que debe repensarse quién o cómo se investiga. El modo 3 es nuestro hallazgo etnográfico. Nos dimos cuenta que muchas de las cosas que estábamos haciendo no podían ser descritas al modo 1 ni en el modo 2, que la inventiva de las situaciones vividas con esos pares epistémicos necesitaba quizá de otro vocabulario para poder ser descrita. Aquí nuevamente los estudios sociales de la ciencia y la tecnología fueron muy relevantes para describir y dar cuenta de su detalle concreto. Autores coma John Law han venido trabajando sobre lo que denominan ‘la vida social de los métodos’, prestando atención a los métodos coma peculiares dispositivos que ordenan el mundo y las relaciones de modos siempre peculiares, donde la actividad investigativa es generativa de mundo.

Nuestro trabajo hacía muy presente el papel de diferentes dispositivos: plataformas web para pensar juntas o blogs para documentar y reflexionar conjuntamente nuestras experiencias transformaban la investigación solitaria en un campo común, donde las espacios de análisis y la toma de notas se convertían en algo compartido, generativo de otras relaciones de problematización conjunta: donde infraestructuras abiertas coma Ciudad Escuela permitían repensar la ciudad contemporánea y sus propiedades, donde el diseño abierto desde la diversidad funcional de En torno a la silla nos permitía ensayar otras posibilidades de relación distintas a las que ofrece y hace posible la concepción dependentista del estado de bienestar. Así, empezamos, poco a poco, a hablar e intentar nombrar los “dispositivos etnográficos” que nuestros trabajos de campo en esos lugares tan peculiares habían hecho disponibles.

Entonces, par ejemplo, nos encontrábamos con cómo nuestras investigaciones estaban repletas de dispositivos u ocasiones generativas: de repente acabas organizando eventos, donde acaban hablando muchas de las personas con las que estas trabajando, que se convertían no en lugares para enseñar lo ya sabido, sino para pensar juntas lo que nos estaba ocurriendo. Donde de repente los eventos que uno produce ya no son el producto final de un trabajo etnográfico, sino un dinamizador de la propia etnografía: Hacer una charla, hacer un evento, una documentación de un proceso, hacer una exposición, etc. se convertían en dispositivos para hacer trabajo de campo, no tanto para representarlo a posteriori.

Esa atención a los dispositivos de campo nos permitía describir las formas experimentales que nuestros trabajos de campo estaban tomando en situaciones que se parecen mucho a esas formas de vida emergentes (emergent forms of life) de las que habla Michael Fischer, el antrópologo norteamericano, tomando inspiración del filósofo e historiador de la ciencia Hans-Jörg Rheinberger y su análisis de los “sistemas experimentales”, como las laboratorios, que son entornos singulares donde se inscribe de muchas maneras lo que ocurre, y donde lo mas relevante es que lo que ocurre sirva para hacernos nuevas preguntas.

Pero antes que en el espacio cerrado de una ciencia institucionalizada, nuestras etnografías tomaban características de las propias condiciones experimentales ‘salvajes’ donde nos movíamos: con muchas personas generando dispositivos y condiciones de indagación sobre lo que les ocurre, lo que les pasa, sobre quienes son, a dónde vamos, de todo tipo. Pensemos, por ejemplo, en la PAH con un gran aparato de producción de inteligibilidades sobre las condiciones de la crisis inmobiliaria en España, donde además de toda la red de soporte interpersonal generan condiciones para hacer a la gente compartir sus experiencias, se sistematizan esos conocimientos y se producen informes, que a su vez sirven para generar una manera de repensar las relaciones con otros. De alguna manera peculiar hacían cosas que se parecen mucho a las que hacemos nosotros como antropólogos.

Entonces, bueno, nos dimos cuenta de que quizás lo que ocurre es que ya no es sólo una forma colaborativa en un sentido implicado o involucrado o comprometido, sino que estamos ante gente que está investigando. De alguna manera, lo que hace experimental nuestro trabajo no es el juego más o menos ficcional con las formatos de representación, sino el hecho de que estamos produciendo experimentos de campo al trabajar con “comunidades epistémicas” (coma las llaman Holmes y Marcus) más o menos en crisis, más o menos consolidadas, más o menos activadas donde el conocimiento y el saber forman parte de la propia manera de la que esta gente se conduce y que por eso mismo disputan la propia manera de producción de saber nuestra.

Pero, claro, lo que nos parece fascinante es cómo esto nos hace repensar qué puede ser la etnografía hoy, que es una reflexión que no es sólo nuestra evidentemente, es una reflexión muy profunda en los últimos treinta años de la antropología que se abre hacia muchos sitios: se la hace la gente de la antropología visual, sensorial, la gente que trabaja en la encrucijada con las STS, la gente que trabaja en diseño o en el ámbito urbano; hay hoy día muchas encrucijadas donde el objeto de interés de la disciplina, cómo hacemos trabajo de campo, para qué lo hacemos y cuáles son las condiciones de relevancia son objetos de indagación y experimentación constante.

V.A-P: Interesante… También nos ha llamado la atención que el “experimento etnográfico” no es tanto una desviación de la observación participante como una modalidad en sí misma. ¿Cómo se interrelacionaría la observación con la experimentación? Quizás a través de algún ejemplo…

T.S.C: En la introducción intentamos repasar el origen de la distinción entre experimentación y observación, que es mucho más reciente y más compleja de hacer de lo que pudiera parecer. Los orígenes del trabajo de campo antropológico, a finales del XIX, remiten a un momento de grandes prestamos epistémicos, y sus formas son un compuesto con gran inspiración naturalista en el trabajo de observación de bió1ogos o zoó1ogos, en muchas ocasiones en expediciones conjuntas. Pero el trabajo de campo de los naturalistas, como muchos trabajos en historia de la ciencia vienen mostrando repetidamente, está siempre en una relación constante con el trabajo experimental de laboratorio. En antropología, sin embargo, la experimentación ha tenido mala fama coma modo de explicar las modos de hacer de la etnografía. Reivindicar la experimentaci6n es un argumento complejo de hacer.

Como explican historiadores de la antropología como George Stocking Jr. la obsesión con la observación parece obra de la antropología social británica. Pero frente al relato malinowskiano de la observación participante como una relación naturalista, trabajos más recientes nos permitirían pensar si quizá la observación en el campo también fue una forma experimental para la antropología. El reciente libro de Hviding y Berg The Ethnographic Experiment: A.M. Hocart and WH.R. Rivers in Island Melanesia, 1908, de alguna manera recupera otra manera de narrar la inventiva etnográfica que supusieron las primeras formas de estancia prolongada en el campo, condiciones experimentales a partir de las cuales surge lo que hemos llamado observación participante.

Este trabajo fue muy importante para pensar si quizá antes que algo nuevo o radical, la experimentación hubiera estado a la base de todas las formas de inventiva metodológica en el trabajo de campo etnográfico. ¿Qué ocurre si todas las formas de indagación etnográfica que hoy solemos denominar con el epíteto “observación participante” no fueran sino dispositivos que en un momento fueron experimentos en los modos de describir, relacionarse o relatar? Desde los diagramas de relaciones de parentesco, hasta las relatos poéticos fragmentarios ahí hay una gran inventiva de modos y maneras de estar en el campo, generar registros y dar cuenta de lo que allí sucede…. Y nos parece que antes que una defensa de la observación, esto llama a buscar un género de explicar y describir el trabajo etnográfico haciendo relevante el pulso experimental que siempre ha existido en el trabajo antropológico, y que se traduce cuando solemos hablar coloquialmente de que el trabajo etnográfico es en realidad un método muy flexible. Por tanto, ¿y si la experimentación no fuera nada nuevo?

Sin embargo, tenemos pocos relatos como el que nos ofrecen Hviding y Berg, donde la experimentación de campo quede bien reflejada. Muchos de nuestros manuales etnográficos construyen un catálogo de herramientas o instrumentos precocinados. Y muchos de los relatos informales sobre cómo se hace trabajo de campo tienen mucho de “vete, aprende a hacerlo haciendo y ya nos cuentas una historia interesante al volver”. Entre la etnografía de manual y la relación etnográfica improvisada nos parece que habría al menos otra manera de describir de forma mas fehaciente en qué consiste hacer etnografía, otra manera de narrar lo que hacemos en el campo, para la que quizá no tenemos un vocabulario.

Es por eso por lo que el libro, más allá de nuestros propios trabajos, de alguna manera intenta convocarnos a describir denodadamente el carácter experimental de los “dispositivos de campo” de la etnografía. El trabajo del resto de capítulos nos parece que ilustran que la experimentación no sólo ocurre en el modo marcadamente explícito como el 15M, sino en cualquier aproximación a la construcción de una indagación antropológica singular: cómo hacer una etnografía de las giras de una banda, cómo aprender que quizá antes que refrendar sus ideas de lo que es la etnografía quizá la mejor manera de relacionarse con los diseñadores es friccionar, y así toda una pléyade de pequeñas invenciones de campo que el libro quiere documentar.

V.A-P: Para ir cerrando, os resumo las últimas cuestiones que podríamos abordar. En el libro encontramos que la mayoría de los casos se tratan de lo que se llama en ocasiones, “etnografía hecha en casa” o “at home”. Es decir, cuando no hay una ruptura de coordenadas espaciales en ese sentido, cuando “ir allí” puede ser ir a un sitio en el que ya habías estado o que pasas a menudo, pero en esta ocasión quizás hablando con gente que no habías hablado, etc. ¿Cómo relacionaríais vuestra propuesta y reflexión con llevar a cabo la etnografía en tu propio contexto geográfico? ¿Y qué pasa con la evocación de integridad que ha tenido la etnografía, especialmente como -grafía, a la hora de generar una narración descriptiva que evocaba una cierta integración dentro del trabajo de campo? Por ultimo, comentaros en relación con el trabajo que hacemos en la Associació Antropologies nos encontramos que en los contextos urbanos hay una proliferación de personas con perfiles muy variados haciendo etnografias o incluso para-etnografias. Y esto nos ha hecho reflexionar sobre una tendencia y un cierto énfasis en clasificar las indagaciones como ‘etnográficas’. Un encuentro constante con la palabra etnografía, ¿qué os sugiere el auge de esta adjetivación?

A.E: Con respecto a la primera pregunta, no sabemos el alcance que la propuesta de colaboraciones experimentales puede tener en contextos distintos a aquellos en las que surge la reflexión. Eso en realidad queda en manos de aquellos antropólogos y antropólogas que pueda considerar inspiradora la propuesta. Uno de los esfuerzos que hacemos no es señalar la novedad de ciertos trabajos de campo, ciertas prácticas etnográficas que diríamos no son absolutamente novedosas. Lo que sí hay de novedoso es el intento de conceptualizarlas, el vocabulario que tenemos para describir las prácticas etnográficas es bastante limitado en este sentido. Una observación participante es insuficiente para dar cuenta de las prácticas epistémicas de campo. Lo que estamos explorando es un vocabulario conceptual para dar cuenta de la etnografía. No es sólo una propuesta para la práctica, sino un ejercicio también de conceptualización de la etnografía. Desde esta perspectiva, lo que esta en juego entonces no es si los dispositivos de campo que describimos, esos modos de relación que permiten la relación en el campo pueden ser aplicables en otras geografías, lo que verdaderamente esta en juego es un esfuerzo par documentar, describir y conceptualizar los gestos de inventiva que son parte esencial de la construcción de nuestras relaciones etnográficas.

T.S.C: Simplemente añadir una pequeña nota, la distinción “casa” o “fuera”, a mi personalmente me parece francamente problemática.

A.E: Sobre todo qué hay detrás de esa idea.

T.S.C: Es un problema, que Marilyn Strathern o George Marcus o Paul Rabinow se plantean con mucho detalle. A la hora de abordar sociedades complejas, llenas de encuentros fugaces o formas de socialidad emergente y gente de la que no tenemos ni idea de lo que son mantener la mirada un tanto etnicista o culturalista que hay detrás de esta idea casa/fuera es un imaginario muy problemático. No porque no tenga sentido pensar los contrastes de todo tipo: lingüísticos, en las prácticas, en las relaciones de dominación, etc. Pero si algo hemos aprendido de la antropología de la ciencia y la tecnología es que hay muchas formas esotéricas de sociedad o socialidad que el proyecto moderno ha ayudado a traer a la presencia, y donde no está tan claro que podamos entender lo que suponen por mucho que ocurran en un edificio a dos manzanas de donde vivimos.

V.A-P: Me parece relevante comentar alga que ya ha ido saliendo, coma es la toma de notas. En etnografías en las que estás involucrada haciendo muchas otras cosas que no te permiten tomar notas, esa estética de tomar notas y el tipo de descripciones que se espera surjan de ellas se desmorona y aparecen otro tipo de registros… ¿Nos podéis poner algunos ejemplos de esta parte más práctica?

T.S.C: Creo que todas esas rupturas que comentaba antes, la antropología visual, la sensorial, digital, la design anthropology han venido abriendo modos y maneras formas de representar, o incluso de no-representar muy diversas. Todo ese campo de experimentación que hoy día se conoce como antropología multimodal, es decir, la producción etnográfica más allá del registro textual y visual están inventando todo otro tipo de registros y maneras de documentar y producir situaciones de campo. Esa inventiva multimodal lleva aparejadas formas de “hacer con otros”, hacer investigación a través de las formas de documentación diagramática de personas coma Carla Boserman, una colega con la que también hemos aprendido a tomar notas de campo de otro modo. Sus relatogramas, como ella los llama, son composiciones de dibujo y texto que relatan situaciones y sus atmósferas. Pero no se acaban ahí: luego los escanea, sube a la red, provocan discusiones…no son sólo registros, sino también plataformas relacionales que abren a otras conversaciones.

A.E: Regreso sobre la extensión de la utilización del concepto de etnografía o su invocación constante en distintos colectivos de la figura de la etnografía que comentabas. Es algo a lo que se ha referido de manera provocadora Tim Ingold. Por ejemplo, en mi caso, yo diría que una de las cosas más interesantes trabajando con muchas de mis contrapartes (arquitectos, activistas, etc.) ha sido el descubrimiento de otras formas de indagación para investigar la ciudad. En mis proyectos yo no me he preocupado par la ortodoxia disciplinar, de hecho, no describiría mis proyectos coma interdisciplinares o multidisciplinares sino como colaboraciones experimentales. Siempre me he personado coma antropólogo y es precisamente eso lo que les resulta relevante a mis contrapartes en el campo. Desde esa perspectiva disciplinar, un aspecto destacado de la relación con las otros ha sido el descubrimiento de que la etnografía se puede enriquecer prestando atención y aprendiendo de esas otras formas de indagación… A la propuesta de Ingold y otros de pensar la antropología no como una practica que investiga a otros, sino una empresa en la que investigamos con otros le podemos añadir un nuevo nivel. La idea de que aprendemos con otros a investigar en nuevos términos. La manera de enriquecer y expandir la antropología es aprendiendo de las formas y modos de indagar de nuestras contrapartes.

En mi caso, he aprendido mucho de la sensibilidad material de arquitectos y arquitectas que operan mediante intervenciones materiales. Si tienen que hacer entrevistas, pues fabrican una silla, una infraestructura que colocan en la calle para interpelar a los viandantes, y por mundana que sea nos abre toda una serie de preguntas sobre la materialidad de nuestros métodos. Y de repente, la silla se convierte en una especie de atractor de la gente que se acerca… Se convierte en una especie de escenario, una especie de dramaturgia material en el espacio público. Puede parecer una anécdota, pero revela una particular sensibilidad, en este caso de los arquitectos, para pensar los métodos de investigación y las formas de indagación. Y eso representa toda una oportunidad para reaprender y reincorporar algunos de estos dispositivos o formas de investigación dentro de la propia antropología. Yo lo veo con mis alumnos, donde los modos tradicionales de hacer son insuficientes especialmente en la ciudad para pensar la complejidad de los mundos urbanos actuales. En esta situación quizás tenemos que empezar a equiparnos con otro tipo de técnicas, métodos o dispositivos, que es el vocabulario que nosotros manejamos. Otros modos de indagación.

V.A-P: La parte sobre la etnografía como etiqueta que prolifera, no la pensábamos tanto como quién tiene derecho a hacer etnografía, sino que nos parecía interesante como si hubiese una autoridad inscrita en adjetivar así, que nos puede parecer incluso paradójica por nuestra experiencia, al decir que aquello que haces es etnográfico como un argumento de autoridad. Y luego, para cerrar la entrevista. Después de la publicación del libro, que ha pasado un año… ¿hay algún tipo de reflexión sobre los comentarios o feedback que habéis recibido que os gustaría comentar?

A.E: En realidad el libro lo que hace es poner un primer ladrillo de un trabajo que todavía estamos desarrollando en la plataforma xcol, un proyecto que queremos abrir a la colaboración de otros, que se articula a través de dos líneas de reflexión, intervención (también intravenciones) y práctica. Una de ellas tiene que ver con la idea de que, si las colaboraciones experimentales son un modo particular de etnografía, una de las preguntas que podemos hacernos es qué tipo de contextos, de recursos pedagógicos son necesarios para aprenderla.

Ahí tenemos toda una reflexión en torno a lo que llamamos, en ocasiones, ‘formatos abiertos’, metodologías del encuentro que adoptan la forma de talleres – la clínica de experimentaciones etnográficas que llamamos Cleenik – o laboratorios. La pregunta que nos planteamos es qué contextos específicos podemos diseñar para el aprendizaje de estos modos de indagación y cómo podemos documentar esos formatos. Documentarlos de manera que puedan viajar a otros lugares y puedan ser reproducidos por otros. Esa es una preocupación que tenemos y es lo que hicimos en #Colleex que es la red que montamos dentro de la EASA. Uno de los trabajos que hemos hecho ha sido documentar varios de estos formatos y ahí la pregunta es cómo documentamos estas metodologías, qué tipo de lenguajes visuales podemos utilizar y dónde podemos encontrar inspiración para la documentación de este tipo de eventos. Esta sería una de las vías de indagación que se nos abre a partir del libro.

Y la otra tiene que ver con este ejercicio documental de los dispositivos de campo. Una de las ideas que estamos desarrollando ahora, muy inspiradas en algunos de los trabajos de P. Rabinow es esta idea de que nuestros trabajos etnográficos están repletos de invención. Frente a la idea de que la colaboración es el resultado de la aplicación de un método, que es lo que podemos encontrar en algunas ocasiones, ¿no? Así se expresa en la idea de las metodologías colaborativas, metodologías para producir colaboraciones. Eso nos resulta bastante incómodo, y en su lugar planteamos que el trabajo de campo esta siempre repleto de invención. Y esta figura, la invención, no es completamente ajena a la antropología, si nos remitimos a Roy Wagner cuando describe la empresa antropológica coma dedicada a la invención de la cultura.

Siguiendo este argumento, una de las cuestiones que nos planteamos es cómo podemos documentar todos estos gestos inventivos que han sido completamente marginados, invisibilizados o relegados al olvido en tantas etnografías. Los ‘tales of the field’ con los que hemos tendido a narrar y a describir en que consiste la etnografía lo que han hecho ha sido ignorar la increíble complejidad de nuestros trabajos de campo… porque no se han documentado ni conceptualizado esos modos de relación etnográfica tan habitualmente cargados de inventiva. Entonces una de las cosas a las que andamos dándole vueltas es a inventar una especie de inventario etnográfico.

Un inventario que por un lado reconozca que la etnografía es siempre un ejercicio de invención y que, par otro lado, produzca un inventario donde se recopilen y documenten todos esos dispositivos de campo que son diseñados o inventados en distintas etnografías. Y entonces estamos dándole vueltas a esta idea de pensar la etnografía coma inventario o coma un inventario. Un inventario en el sentido que toda etnografía es un ejercicio de invención y un ejercicio de invención que demanda ser inventariado, que requiere el diseño de inventarios que lo que hagan sea alojan o documentar y hacer disponibles para otros esos dispositivos que resultan de nuestros trabajos de campo. Estas son las dos líneas en las que ahora estamos trabajando.

V.A-P: Justamente por esta cuestión de la colaboración y su complejidad que es interesante esta idea de contar con una caja de herramientas más creativas, para no acabar recurriendo a las formas de hacer que ya conocemos y que en muchas ocasiones no son suficientes para muchos de los lugares en los que llevamos a cabo etnografías en la actualidad. Ya sean etnografías urbanas o en instituciones, como comentabas el caso de P. Rabinow. O también es interesante cuando la colaboración viene prediseñada de forma externa. Así que estaremos alerta para ver de qué se va componiendo el inventario que comentabais… Muchas gracias por vuestro tiempo.

07 Feb

Colaboraciones experimentales: Dispositivos de campo para un inventario etnográfico

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El trabajo de campo etnográfico es una situación de investigación extraordinariamente compleja. Aunque el método etnográfico intenta dominarla, nuestra práctica empírica sobrepasa siempre los aprendizajes recibidos. Sabemos que cualquiera trabajo de campo requiere siempre enormes dosis de improvisación, creatividad e inventiva necesaria para tramas las relaciones con los otros. En tiempos recientes hemos visto como toda una serie de proyectos antropológicos se han embarcado en ejercicios que navegan entre la colaboración y la experimentación etnográfica y que evidencian los intentos por re-equipar nuestras prácticas de campo. Creemos que reconocer la inventiva que muy a menudo permea en las situaciones de campo arroja luz sobre los modos de colaboración y experimentación que muchos sitios de la contemporaneidad demandan. El taller realiza una introducción a la figura conceptual de lo que llamamos colaboraciones experimentales y después propone un taller práctico para ejercitar la inventiva etnográfica que nuestros trabajos de campo tan a menudo requieren. Una inventiva que nos demanda inventariar los dispositivos de campo con los que re-equipamos en el presente nuestras prácticas etnográficas.

Seminario  y taller de experimentación etnográfica

Fechas: Viernes 15 de febrero, 16.00 – 20.00. Sábado 16 de febrero: 10.00-14.00.

Lugar: Centro Cultural La Corrala. Museo de Artes y Tradiciones Populares (Universidad Autónoma de Madrid), C/ Carlos Arniches, 3 y 5.

Contacto: jestalel@ucm.es

Asistencia abierta

Coordinadores

Adolfo Estalella, Departamento de Antropología Social y Psicología Social (Universidad Complutense de Madrid) y Tomás Sánchez Criado, Institut für Europäische Ethnologie (Humboldt-Universität zu Berlin).

Una actividad organizada por la plataforma xcol – Ethnography in Experimental Collaboration Mode (https://v1.xcol.org/)

Programa

Viernes 15 de febrero, 16.00 – 20.00

16.00 – 18.00. Seminario introductorio. Colaboraciones experimentales en la etnografía.

18.00 – 20.00. Taller práctico – primera sesión. Diseñar dispositivos de campo para la etnográfía.

Sábado 16 de febrero, 10.00 – 14.00

2 h. Taller práctico – segunda sesión. Etnografías en el límite: No me chilles que no te veo.

2 h. Hacer inventario. Puesta en común de nuestros dispositivo de campo.

Lecturas recomendadas para el seminario del viernes 15 de febrero.

Adolfo Estalella y Tomás Sánchez Criado (borrador). Acompañantes epistémicos: la invención de la colaboración etnográfica. En G. Dietz, A Colin & A. Álvarez Veinguer (Eds.), Investigaciones en movimiento: etnografías colaborativas, feministas y decoloniales. Buenos Aires: CLACSO.

Tomás Sánchez Criado y Adolfo Estalella. 2018. Introduction. Experimental collaborations. In A. Estalella & T. S. Criado (Eds.), Experimental collaborations. Ethnography through fieldwork devices (pp. 1-30). New York, Oxford: Berghahn.

Nuestro agradecimiento a Marga Morgade.

Co-organizan y apoyan

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Departamento de Antropología Social y Psicología Social
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25 Apr

Colaboraciones experimentales. Un inventario de dispositivos para la etnografía contemporánea

Jueves, 3 de mayo de 2018,  18.00-20.00.
Sala 207, Facultat de Geografia i História (2º pis).
Departament d’Antropologia Social. Universitat de Barcelona.

Seminario abierto, asistencia libre.

Observar, participar, y crear rapport, llevar al día el diario de campo, hacer entrevistas ocasionales y sumergirse en el análisis de archivos… sabemos que la etnografía comprende un amplio repertorio de técnicas diversas, algunas estandarizadas y otras improvisadas. La entrada de la etnografía en nuevos dominios sociales, su interés por nuevos objetos y el desarrollo de nuevas sensibilidades (globalización, laboratorios científicos, sensorialidad…) pareciera demandar un ejercicio de inventiva que expande ese inventario de lo que llamaremos dispositivos de campo: técnicas sociales y materiales para la producción de conocimiento antropológico.

Nuestra experiencia reciente nos ha llevado a encontrarnos con antropólogos y antropólogas que diseñan toda tipo de dispositivos de campo ad hoc, su práctica se aleja de las narraciones que hacemos del método y las convenciones que lo gobiernan. Nos encontramos ante una suerte de ejercicios experimentales que a menudo adoptan la forma de lo que querríamos llamar colaboraciones experimentales: una modalidad etnográfica en la cual los antropólogos y antropólogas y sus contrapartes en el campo están embarcados en la producción conjunta de problematizaciones antropológicas. La etnografía se nos aparece entonces como un inventario de dispositivos de campo, pero también un inventorio: un lugar para la experimentación con las formas materiales y sociales de intervenir en el campo y construir conocimiento antropológico

El seminario se organiza en dos partes:

Primera parte. Introducción del argumento principal del reciente volumen Experimental Collaborations. Ethnography through Fieldwork Devices (2018, Berghahn). Puede leerse aquí la introducción completa: ‘Introduction: Experimental Collaborations‘ (PDF).

Segunda parte. Mesa redonda donde se abordan los desafíos de la etnografía contemporánea, en conversación con Roger Sansi Roca (UB) y Roger Canals (UB).

Agradecimientos.
Gracias a Roger Sansi Roca y a Roger Canals.
Gracias a la Facultat de Geografia i História, al Grup de treball ‘Antropologia, Imatge i Cultura Visual (IVAC) de l’ICA, al Grup de Recerca en Antropologia i Pràctiques Artístiques (GRAPA, UB) y a la Facultat de Geografia i Història.

 

 

05 Apr

Ethnographic Experimentation: An Inventory of Fieldwork Devices

On July 3rd 2018 12:00–14:00, Dr. Tomás Sánchez Criado (IfEE, HU Berlin) & Dr. Adolfo Estalella (Social and Cultural Anthropology, Complutense University of Madrid) will be introducing the book project together with the project it is part of at the Humboldt University of Berlin’s Department of European Ethnology Seminar Series ‘Conjunctures & Creations: Anthropological Transformations/Transforming Anthropology’.

The presentation will be moderated by Prof. Dr. Ignacio Farías.

Address: Room 311, Møhrenstraße 41 10117 Berlin

31 Jan

Acompañantes: una antropología que piensa con otras

Encuentros RDTP (Revista de Antropología del CSIC)
9 de febrero de 18.00 – 21.00.
Intermediae (Matadero Madrid), Terrario.

Intervienen
María Isabel Jociles, Universidad Complutense de Madrid.
Sandra Fernández, Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Alberto Corsín Jiménez, Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Modera: Adolfo Estalella (CSIC).

Con la participación de los editores de RDTP, Pedro Tomé y Paco Ferrándiz (CSIC).

Imagen 1
El arte, la arquitectura y las ciencias sociales han visto en tiempos recientes en la colaboración una figura para renovar sus modos de hacer. La antropología no es diferente y desde la década de los ochenta ha enarbolado a menudo esta forma de relacionalidad como imperativo moral o vector político en su ejercicio de producción de conocimiento. La colaboración pareciera dotar de una legitimidad añadida a lo que en otras circunstancias constituye la práctica individualista del artista o la investigación solitaria de la investigadora social.

Propuestas como la antropología pública, implicada o activista señalan a la colaboración como fuente para la reforma disciplinar y la entienden de forma diferente. Las invocaciones a la co-autoría de la escritura argumentan que los textos elaborados con nuestras contrapartes permiten formas de representación dialógica, polifónicas y más ricas. En otras ocasiones es el trabajo de campo el lugar donde la colaboración permite el establecimiento de relaciones simétricas, la implicación con comunidades marginadas o con colectivos activos políticamente.

Queremos ensayar un registro diferente al moral, político o metodológico, para pensar en los ejercicios colaborativas, esos particulares modos de hacer antropología en los cuales uno (o una) se acompaña de otras. Queremos explorar la posibilidad de pensar en el acompañamiento como una figura epistémica, una forma de articular el oficio antropológico que se funda en el diseño de condiciones que permiten a los otros personarse en calidad de agentes teóricos y no simples informantes, contrapartes que ya no proporcionan únicamente datos empíricos sino que toman parte en la construcción conjunta de problematizaciones antropológicas.

Las problematizaciones son esas instancias que desestabilizan lo establecido, muestran una grieta en las verdades que se dan por sentado y nos ofrecen la posibilidad de imaginar y componer otros mundos. El conversatorio que proponemos explora el ensamblaje cuidadosos de sitios que nos permiten desmantelar conjuntamente las verdades que se dan por sentado. Nos interesa entonces pensar en el acompañamiento como un ejercicio de acondicionamiento de los requisitos espaciales, materiales y afectivos que permiten la construcción conjunta de problematizaciones cuando nos acompañamos de otras (personas y disciplinas).

La sesión continúa el debate abierto desde las páginas de RDTP con el tema emergente ‘Colaboraciones experimentales: una modalidad etnográfica’, editado por Tomás Sánchez Criado y Adolfo Estalella. Puede accederse al volumen de la revista aquí: http://rdtp.revistas.csic.es/index.php/rdtp/issue/view/42/showToc

RDTP – Revista de Antropología del CSIC: http://rdtp.revistas.csic.es
Intermediae. https://goo.gl/PkmNHN

Imagen: Young people playing in the sea, 1933. Fuente: Wikimedia Commons, imagen en dominio público. https://goo.gl/Q4zzqw

16 Jan

Etnografías de lo digital: remediación y recursividad del método antropológico

Seminario del Grupo de investigación en Antropología pública.
Universidad Autónoma de Madrid.
Viernes 20 de enero de 2017, 12.00-14.00.
Sala de Juntas del Modulo VII de la Facultad de Filosofía.

Internet y las tecnologías digitales se han convertido para la antropología en un locus legitimado para el estudio de la contemporaneidad. Los trabajos de inspiración etnográfica que durante la década de los noventa nos ofrecieron descripciones de comunidades exóticas han dado paso a etnografías que exploran temas antropológicos fundamentales desde la esfera pública a la libertad, pasando por la modernidad o el juego. Al mismo tiempo, el estudio de lo digital es planteado recurrentemente como un desafío para la etnografía, un encuentro agónico en el que antropólogos y antropólogas parecen obligados a repensar sus formas de presencia, relación y registro en su trabajo de campo.

Lo digital se nos presenta entonces con una doble faz: una forma de alteridad distintiva que nos habla de nuestra contemporaneidad pero que provoca una suerte de extrañeza frente a nuestras prácticas de campo. Lo digital pareciera obligar a alterar la etnografía. En este seminario exploro la relación entre esas dos formas de alteridad: la de los mundos digitales investigados y la del método que parece ser alterados en su encuentro con ellos.

El seminario estará organizado en tres partes, una primera en la que describo distintas formas de construir ese objeto de estudio antropológico desde la década de los noventa, una segunda donde abordo cuestiones prácticas para realizar etnografías de culturas vernáculas de lo digital y una tercera parte en la que planteo algunas preguntas que el estudio de estos dominios nos devuelve sobre nuestra propia práctica antropológica.

El seminario plantea un argumento de fondo sobre el encuentro entre la etnografía y lo digital: el estudio de estos dominios nos invita a un desplazamiento de la antropología hacia la recursividad metodológica. Un ejercicio por el cual nuestro método etnográfico toma inspiración para su reinvención de aquellos lugares donde se despliega. El campo ya no es únicamente el espacio para el descubrimiento conceptual sino el sitio para la renovación metodológica de la etnografía.

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19 Sep

Presenting the xcol book intro at ‘The New Experimentalisms’ workshop

A one day workshop at CISP/Department of Sociology, Goldsmiths, University of London

Tuesday September 20th 2016, 10-5pm

Room RHB 137a

Organized by Michael Guggenheim, Dan Neyland, Alex Wilkie

 

Recent Science and Technology Studies (STS) work on experiments has provided a basis for rethinking the terms, practices and consequences of experimentation. This has opened up opportunities to question, for example, experimental controls, provocative containments, training and professional practice. This work has also broadened the traditional STS focus on scientific laboratories to also include economic, social scientific and commercial experimentation, exploring new territories of experimentation and their attendant means of reproducing the world.

At the same time, scholars in STS, Sociology, Anthropology and Design have pursued experiments not just as an object of study, but also as something to do. Here we find, for example, experiments with algorithmic walks, expertise and issues. An earlier critique of experiments as artificial and interventionist has given way to a new embracing of material staging of situations and problems.

Social researchers have come to acknowledge we can learn precisely because of the non-naturalism of experiments. Experiments have become legitimate forms to intervene in the world, and to invent new worlds.  In this way STS scholars have begun to think again about the realities in which they participate. In this workshop we will feature recent experimenters within STS with scholars who have analysed experiments in specific fields.

 

Programme:

10.00: Welcome

10.15-11.30: Pelle Ehn (Design, Malmö):

democratic design experiments (in the small)

Commentator: Kim Kullmann (Sociology, Goldmsiths) 

11.45-1pm: Tomás Sánchez Criado (STS, Munich):

The Ethnographic Experiment, Revisited: Experimental Collaborations, or the ‘Devicing’ of Fieldwork for Joint Problem-Making

Commentator: Isaac Marrero-Guillamón (Anthropology, Goldsmiths)

1pm – 2pm: lunch

2pm-3.15pm: Claire Waterton (Sociology, Lancaster):

An Experimental Collective: Working Through Modalities and the Enrichment of Land and Water

Commentator: Jennifer Gabrys (Sociology, Goldsmiths) 

3.30pm-4.45pm: Tobias Bornakke Jørgensen (Sociology, Copenhagen):

Sensing Data: The Emergence of Sensor-Based Experiments in the Social Sciences

Commentator: Noortje Marres (Interdisciplinary Methodologies, Warwick).

14 May

Tinkering with documentation: Open design and ‘experimental collaborations’ in fieldwork

Tinkering

Picture CC BY NC ND En torno a la silla

Draft paper presented by @tscriado & @adolfoestalella at the #SCA2016 Society for Cultural Anthropology (SCA)’s Spring Conference at Cornell University (Ithaca, NY). Fragments of it will be part of the xcol book’s introduction

PDF downloadable here

I. Urban para-sites

In this paper we would like to explore an ethnographic mode that takes the shape of experimentation in the field. We will draw on the ethnographies (Adolfo’s & Tomás’s) we have been carrying out in the last five years in urban contexts populated by urban activists, guerrilla architects, amateur tinkerers, and disability rights advocates located in Barcelona and Madrid. These projects account for the wave of urban creativity and civic invention that has spread out through these cities after the uprising of the ‘15M movement’ (the Spanish precursor of the Occupy movement).

Our ethnographic sites are populated by people struggling to transform the city: they do so building infrastructures, producing a vast amount of documentation that describes their own practices and exploring methodologies for the production of knowledge. Very often, these collectives invoke the trope of experimentation to refer to their relationship to the city. In a way, the locations we are describing might be aptly characterised as ‘para-sites’, following Douglas Holmes and George Marcus (2008) description of ethnographic sites populated by people whose research practices resonate with those of the anthropologists.

Even though ours has been a deep involvement in these sites, activist or militant registers and vocabularies would not be the best description of our practice. For lack of a better term, our engagement has been of an ‘epistemic’ kind. Indeed, during our fieldwork we both became gradually involved in the production of shared spaces of investigation, in the construction of material and digital infrastructures, and in the process of documentation, sometimes even taking a leading role, as we will describe here. We would like to suggest that our ethnographic projects were dragged into the experimental ethos of these projects.

Our ethnographies have been infused by these forms of experimentation: Somehow, our fieldworks seem to have incorporated in a recursive gesture the epistemic experimental practices of our counterparts in the field, as we seek to describe today. Thus, drawing on Tomás fieldwork we describe the distinctive practice of tinkering of an activist design collective called En torno a la silla. Working among tinkerers that extremely value the production of documentation, Tomás fieldwork turned into a tentative practice of tinkering with documentation. Describing his fieldwork in these terms (as a form of fieldwork tinkering), our attempt here is to provide a tentative descriptive vocabulary to account for this ethnographic mode we call ‘experimental collaborations’.

II. Tinkering in/with fieldwork

Barcelona, it’s the morning of February 8th 2013. We’re in the bedroom of Antonio’s house. I (Tomás) am struggling to adjust a semi-professional Canon EOS 60D camera that a good friend has lent me to shoot a video. The plan according to the rather informal script we have discussed is to re-enact for the record how the armrest-briefcase we have designed in the last months for Antonio’s wheelchair works. I take some shots of Alida disassembling the former armrest and assembling the new gadget to Antonio’s wheelchair. Later on we start improvising and moving around to demonstrate different uses of the briefcase. Since I am not a professional I struggle with the light settings in the inner parts of the house. The next month is really busy for us and I slowly learn to edit these video materials using an amateur software package.

After I have it, two months after shooting the video we three meet at Antonio’s house to discuss it using his big TV screen and my laptop. They like it and have nothing to comment, even though I spot and make them pay attention to some of the mistakes I’ve made with the light settings and the shots, to understand whether we should be recording it again. After some talk we decide that we cannot get stuck, that it’s good enough and we have to move on since this is only a very small thing of the many other projects that En torno a la silla is working on.

However, given that the video only shows the processes of disassembling, reassembling and use, Alida also wants to work to produce some exhaustive hand-drawn sketches to create a downloadable text and image tutorial showing the technical detail: how to build it and why, what were the main technical challenges in the conception and production, as well as showing detail on important pieces, such as the joystick-briefcase junction. We will work on that in the following weeks. That day the discussion leads us to upload the video to YouTube, later embedding it in a blog post, also adding a couple of high quality pictures, and collaboratively write on the spot the explanatory paragraph telling what the gadget is.

En torno a la silla was originally put together in the summer of 2012 in Barcelona by Alida – architect with a large experience in activist collectives in the city–; Antonio – mathematician, powered wheelchair user and one of the most renowned independent-living activists in the country–; and Rai – an anthropologist graduate who works as a wood craftsman and who also has a large experience in activist collectives in the city–. En torno a la silla was set up as a project seeking to prototype an open-source wheelchair kit to ‘habilitate other possibilities to the user.’ The kit consisted of three elements: a portable wheelchair ramp, a foldable table, and the armrest-briefcase described in the vignette.

The group started to work on the fabrication of these technologies in October 2012. We came to use the Spanish term cacharrear –to tinker– to talk about what we were doing. None of us were expert designers of technical aids, and neither of us were trained craftspeople in the many skills that the gadgets we have started learning to fabricate required. What we called tinkering was always characterised by playful learning processes, a rather mundane exploratory practice of searching for inspiration from tutorials, sketching and fabricating, sometimes searching for help from specialists in a given craft.

But I would like to explore a different nuance of the term tinkering, grounding on STS literature, where scholars like Karin Knorr-Cetina (1981) or Hans-Jörg Rheinberger (1997) have qualified the technoscientific practices of reasoning and laboratory experimentation as particular forms of tinkering. Tinkering is also an apt metaphor to foreground not only experimentation as an ‘opportunistic’ and open-ended reasoning practice, but also the important role of tweaking and setting material and spatial infrastructures in knowledge production: An arrangement that, if successful, might allow experimenters to pose new questions that they did not have in advance.

En torno a la silla also wanted to engage in another particular form of tinkering: from the onset they were worried about producing an open documentation of the process wishing to make it public so that their prototypes might be replicated by or serve as inspiration to others. When I approached the project for the first time in search for a case study for my postdoctoral project on participatory design in care technologies they were sharp in relation to my role: “You can’t be an observer here”, an imperative aligned with the motto of independent-living movement whose philosophy pervades En torno a la silla: “Nothing about us without us.” So when I started hanging around with them I was quickly dragged into their exploratory material and documentary practices of fabrication in a way that I would like to suggest infused my ethnographic practice with an experimental gesture.

III. Tinkering with documentation

Hence, I joined the project taking the responsibility of the documentation process shortly after it had began. This happened given that the ethnographic skills and interests that I had been displaying in our first encounters were thought to be useful for the project. But this also entailed a considerable effort, since I had to test and try a whole set of technologies to take care of documenting the design and fabrication processes. The regular notepad gave way to the use of Evernote software on my smartphone since I needed to take pictures and make quick notes. In other occasions I jotted down exhaustive minutes including verbatim quotes using my email that I would send others, and I later learnt to use WordPress blogs and many plugin services to manage the different aspects of the project’s documentation.

Indeed, I had to fabricate a shared environment to document and circulate the fabrication process. Testing digital platforms, discussing the records in joint meetings, collecting material from different sources and combining the appropriate media format for the records, I experimented with the documentation in a similar way to how the project struggled to fabricate an environment for the wheelchair. My fieldwork recursively became a tinkering ethnographic space. Tinkering ‘around the wheelchair’ indeed involved a twofold dimension: both material and documentary; that is, we had to explore the open source design of gadgets while testing the appropriate techniques and record genres to open up their process of fabrication.

At some moments in meetings where I was in charge of taking the minutes the distinction between design documentation and field notes blurred: taking the minutes of meetings later forwarded by email to the group I sometimes turned them into ethnographic notes of sorts, using verbatim quotes as well as remarks on personal impressions of emotional climates or situations. In other occasions it was the other way around: my very personal field notes were turned into the documentation of the process of fabrication, being scanned or shared for the common record after the fact. Often this double-register made very difficult to keep my record practices untouched. The distinctive written genre of my field notes seemed to blur with documentation, but my ethnographic practice blurred too. This went beyond a mere experimentation with literary styles.

IV. Experimental collaborations

Tomás’s collaboration tinkering with documentation unearthed an experimental moment in fieldwork. Tinkering with documentation took Tomás into a close relationship of collaboration with his tinkering counterparts through an open process of documentation and reflections. A collaboration that was neither a militant nor an ethical gesture, but an effect of the shared space of joint tinkering practices, both material and documentary.

My ethnographic experience (Adolfo’s) in the field has been similar to Tomás’s. I would say that during my work with urban activists and guerrilla architects I was also trapped by the experimental ethos of my counterparts. In a way close to Tomás’s experience, I felt that I was transgressing the norm and form of the ethnographic fieldwork I had learned and I felt the need of an appropriate conceptual vocabulary to account for my fieldwork practice.

Our joint discussions sharing the oddity of our experiences led us to work on an edited compilation focusing on similar experiences, where we refer to this particular ethnographic mode as a form of ‘experimental collaboration’, one whose relationality in the field is articulated (and described) in terms of collaboration (and not only participation); and in which the epistemic figure describing knowledge-production invokes experimentation (instead of only observation). But our invocation of experimentation is not new to anthropology.

Our invocation of experimentation is not completely new to anthropology. The reflexive turn of the eighties inaugurated a wave of writing experiments that addressed a deep reconsideration of authority and authorship, and explored different representational forms and textual genres or expanded authorship beyond the single ethnographer to include fieldwork counterparts. In recent times, an experimental invocation has been increasingly translated from the space of ethnographic representation to the fieldwork. Experimentation, hence, is invoked as a way to renew the norm and form of ethnographic fieldwork.

Our description does not invoke experimentation metaphorically. On the contrary, our fieldwork account foregrounding tinkering with documentation seeks to explore a vocabulary that is faithful to the empirical practices that we have found in the field and have infused our own production of knowledge. We have thus explored a descriptive vocabulary around tinkering but many more singular conceptual empirical languages could be developed to account for other anthropological forms of experimental collaboration in the field.

We are tempted to say that experimentation has always been an art part of the ethnographic repertoire in fieldwork, an epistemic practice that however has not been foregrounded in the tales of the field that have narrated our empirical practice in terms of participant observation and sometimes using the register of rapport or the instrumental management of relations in the field ‘participating in order to write’ (Emerson et al., 1995: 26-29). We have tried in this account to test a different tale of the field, one that describes our fieldwork through the mode of experimental collaboration.

References

Emerson, R. M., Fretz, R. I., & Shaw, L. L. (1995). Writing Ethnographic Fieldnotes. Chicago: Chicago University Press.

Holmes, D. R., & Marcus, G. E. (2008). Collaboration Today and the Re-Imagination of the Classic Scene of Fieldwork Encounter. Collaborative Anthropologies, 1(1), 81–101.

Knorr-Cetina, K. D. (1981). The manufacture of knowledge: An essay on the constructivist and contextual nature of science. Oxford: Pergamon.

Rheinberger, H.-J. (1997). Toward a History of Epistemic Things: Synthesizing Proteins in the Test Tube. Stanford, CA: Stanford University Press.

 

16 Dec

Wild research: Radical openings in technoscientific practice? – 2016 EASST/4S open track

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The Mars Society CC-BY-SA-3.0

Please consider submitting a paper for the 4S-EASST 2016 conference taking place from August 31st to September 3rd in Barcelona to our open track!

We’d be very grateful if you could also forward it to potentially interested colleagues. 

Wild research: Radical openings in technoscientific practice?

A collaborative spectre is haunting science and technology. In the past decades we have witnessed an explosion of radical openings of research practices where increasingly technified citizens and engaged professionals collaborate in the most diverse forms of knowledge production in both online and offline platforms of all kinds. In these efforts they generate and put into circulation documentation on the most diverse range of issues, attempting to materially intervene their everyday worlds with different political aims. Practices that, for lack of a better term, might be described as ‘wild research’ not only signal collaborative redistributions of the who, how, when and where of knowledge production, circulation and validation, but also more experiential and sociologically-related expansions of the knowledge registers and material interventions there emerging: a whole constellation of practices forging different versions of ‘science and technology by other means’. Paying attention to these transformations this track would like to welcome ethnographic and historical works analyzing in depth open, collaborative and experimental ‘wild research’ projects helping to expand what STS up to date has considered more collaborative or more democratic forms of technoscientific production: participatory engagements of lay people into expert-driven processes such as in citizen science or articulations of counter-expertise and evidence-based activism to engage in conversations with experts. We are particularly interested in analyzing not only the different forms of knowledge and the political, but also the forms of STS otherwise that these radical collaborative openings in technoscientific practice might be bringing to the fore.

Convenors: Tomas S. Criado (MCTS, TU München) & Adolfo Estalella (Spanish National Research Council – CSIC)

For more information on how to propose a paper, please check the conference’s call for papers

To submit a paper to this open track, please click here

31 Aug

#xcol book workshop (Madrid, Sept 11th 2015)

xcol sept

‘Experimental collaborations: Ethnography through fieldwork devices’ book workshop

September 11th 2015 @Intermediae‘s Terrario (Matadero Madrid)
Part II of Experimental collaborations workshop’, a two day international workshop organized by the Spanish National Research Council (CSIC) and Intermediae.

PROGRAMME

9:30-10:00 Welcome

10:00-10:45 Introduction. Experimental collaborations: Ethnography beyond participant observation, Adolfo Estalella (CSIC) & Tomás Sánchez Criado (Munich Center for Technology in Society, TUM). [Commented by: Ann Kelly* Isaac Marrero]

10:45-13:30 I. Para-siting ethnography

Experimenting with data: ‘Collaboration’ as method and practice in a multi-disciplinary public health project, Emma Garnett (London School of Hygiene and Tropical Medicine). [Commented by: Almudena Marí Sáez* / Galina Orlova, Aleksandra Kasatkina et al.]

11:30-12:00 Break

Experimental collaboration in state organisations: The ‘research traineeship’, Maria Schiller (Max Planck Institute). [Commented by: Andrea Gaspar]

Finding one’s rhythm: A mobile ethnography on the road with a touring band, Anna Lisa Ramella (Universität Bremen). [Commented by: Isaac Marrero]

13:30-14:30 Lunch break

14:15-17:45 II. ‘Devicing’ fieldwork

Taking ethnography & design collaborations for a walk: Devicing idiocy, Andrea Gaspar (Centre for Social Studies, University of Coimbra). [Commented by: Tomasz Rakowski]

Co-authorisation, but not co-authorship: What happens when we publish field interviews on-line?, Galina Orlova, Alexandra Kasatkina, Roman Khandozhko & Zinaida Vasilyeva (Russian Academy of National Economy and Public Administration). [Commented by: Karen Waltorp*Adolfo Estalella]

15:45-16:15 Break

Ethnography and Art Experiments: A challenge to move towards the collaborative in Rural Poland, Tomasz Rakowski (University of Warsaw). [Commented by: Anna Lisa Ramella]

From participant observation to public interventions: An ethnographic derailment in Hackney Wick, London, Isaac Marrero Guillamón (Goldsmiths’, University of London). [Commented by: Emma Garnett]

17:45-18:15 Break

18:15-18:45 Non-present authors

Interfacing, collaboration and contestation in the Moral Lab 2.0, Karen Waltorp (Aarhus University)*[Commented by: Maria Schiller / Galina Orlova, Aleksandra Kasatkina et al.]

18:45-19:30 General comments and final discussion

This workshop is part of the editing process of a forthcoming book under the title ‘Experimental collaboration: Ethnography through fieldwork devices’, to be published by Berghahn’s EASA Book series.

Participants in the workshop will discuss the draft chapters for the book, for those interested in getting a copy send an email to jestalellaf AT uoc.edu (Adolfo Estalella) or tomas.criado AT tum.de (Tomás Sánchez Criado).

Experimental collaborations. International workshop PROGRAMME (PDF).